Abstract
De todas las tareas que se señalan como propias de la Universidad creo que la docente es la fundamental. Por ella entiendo tanto la transmisión de la cultura como la formación de los cuadros profesionales que constituyen la dirigencia intelectual de todas las sociedades. Pero, eso sí, no veo cómo pueda pensarse en realizar una labor docente sin que ella se fundamente en tareas de investigación. Ambas son en verdad inseparables. La investigación vivifica la enseñanza y la obligación de llevar a cabo la segunda es fuerte acicate para la primera.
Dada la primordialidad de la tarea del desarrollo en América Latina es indudable que la investigación universitaria debe ser vista no sólo en ocasión de la enseñanza, sino también como contribución de aquélla. Dos son las formas en que la investigación universitaria ha de contribuir al desarrollo: el conocimiento de la realidad nacional y el enjuiciamiento de la forma en que se cumplen los planes nacionales por los organismos gubernamentales. Ambas son labores típicamente universitarias. Si en la Universidad es donde se encuentran profesionales de más alto nivel en los distintos campos del saber humano, si es en ella donde estos pueden encontrar el mejor ambiente para su actividad investigativa, dado que la pueden realizar en un plano objetivo, de estabilidad completa en sus posiciones, de continuidad en sus tareas y de medios adecuado para efectuarlas, lógico que sea la Universidad el principal foco de la investigación sobre la realidad y necesidades nacionales.