Abstract
Las flagrantes violaciones de principios fundamentales y de normas legales, más o menos claras y expresas, las injusticias de toda clase, y la alteración de los preceptos que rigen la vida política del país, no reconocen, en último término, otro origen, más que una gran ignorancia sobre la materia. Lo que los filósofos llaman “la ignorancia del elenco” está muy difundido en derecho público positivo, o vigente.
Las disposiciones de derecho constitucional son, a menudo, incompleta, poco claras, favoreciendo así las interpretaciones arbitrarias y lo que alguna vez he llamado las actitudes “pilatunas” de los órganos llamados a resolver los conflictos y las lagunas del derecho, que favorecen la prevalencia de la “razón de Estado”, que con frecuencia no es nada más que la conveniencia del Delfín.