Abstract
Las Naciones Unidas pertenece a esa realidad de la vida internacional que la doctrina moderna denomina “universalismo”, pues importa una organización –si bien no carente de defectos- positiva en el camino hacia la meta de la Humanidad que no es nada más ni nada menos que la idea original, es decir, antiquísima, de la unidad del Hombre.
La base de las Naciones Unidas –llamadas así por Roosvelt y en su homenaje, por la Conferencia de San Francisco y denominadas por Charles de Gaulle como “las Naciones llamadas Unidas”- fue la Carta del Atlántico firmada por Roosvelt y Churchill a bordo del buque de guerra inglés “Augusta” el 14 de agosto de 1941, a la cual adhirieron el 1° de enero de 1942 veintiséis naciones, tomando así el nombre de “Declaración de las Naciones Unidas”.