Abstract
Estamos aquí en reiteración de una sana costumbre: la de discutir un proyecto de ley con la comunidad jurídica, antes de enviarlo al trámite cuando el proceso de formación aún no ha terminado y su opinión puede tener significado en la forma que la regulación adquiera. Ello es absolutamente necesario que se haga cuando se trata de proyectos que tienen un interés especial para los profesionales, por tratarse de lo que los norteamericanos llaman “el derecho de los abogados” –tal vez podríamos llamarlo “derecho técnico”- que puede definirse como “las ramas del derecho que los abogados encuentran más prácticas e interesantes desde su punto de vista y que son más extrañas a las no iniciadas y a las influencias exteriores”.