Abstract
La vinculación de dos disciplinas realmente novedosas, en permanente proceso de transformación evolutiva, de palpitante actualidad y vigencia, como son la de Derecho agrario y la de derechos humanos, puede ofrecer posibilidades ciertas para su mutuo enriquecimiento tanto en el plano normativo como en el ámbito científico, sobre todo si entre una y otra puede establecerse una cierta relación de complementariedad donde se suministren entre sí diferentes elementos constitutivos para su fortalecimiento independiente, al tiempo que se encuentran áreas comunes para identificar un origen, una formación, un desarrollo susceptible de permitir concebirlas en función mutua.
El Derecho agrario y los derechos humanos, salta a la vista, tienen una serie de elementos comunes cuya racionalización y desarrollo científico permitirán encontrar coincidencias para poder superar los límites con los cuales ha debido convivir, impidiendo muchas veces cristalizar su verdadera personalidad.