Mitos en el personal de salud durante la pandemia de Covid-19 en la República Dominicana
Resumen
Dentro de la coyuntura del 2020, la enfermedad COVID-19 supuso un acontecimiento relevante dentro de todos los sistemas de salud pública del mundo. Ahora bien, en marzo de 2020, República Dominicana declaró el primer caso, avanzando hacia la transmisión comunitaria. A partir de ello, los comportamientos y respuestas humanas frente a esta enfermedad han tomado distintos matices, tanto prácticos como teóricos. Aquí se propone un análisis sobre la persistencia de mitos dentro del personal de salud del Hospital Pediátrico Dr. Hugo Mendoza. La metodología empleada consistió en una encuesta en línea (redes sociales) a 981 profesionales de la salud residentes en República Dominicana. El cuestionario incluyó datos sociodemográficos, percepción de riesgo, actitudes, creencias. Los participantes completaron el cuestionario entre el 30 de marzo y el 6 de abril del 2020. Entre algunos de los resultados más sobresalientes: la mayoría de los encuestados (89%) consideró que limitar el contacto cercano con personas enfermas, lavarse las manos y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar son medidas que previenen una infección por coronavirus. Finalmente, se recomienda la ejecución de campañas de información para promover las buenas prácticas y aclarar concepciones erróneas sobre la COVID-19.
INTRODUCCIÓN
En diciembre de 2019 se identificaron una serie de casos de neumonía en Wuhan, China, originados por una nueva variedad de coronavirus: SARS-CoV-2). Posteriormente, a dicha variedad se le designó el nombre de COVID-19 (1). En este sentido, el COVID-19 es un virus respiratorio transmitido usualmente de persona a persona con una tasa R0 variable estimada entre 1.5 a 3.77, además, es capaz de vivir en fómites (vectores pasivos), tales como papel, madera o metal, durante un período de hasta 5 días (2). La enfermedad se propaga por medio de gotículas procedentes de la nariz o de la boca, cuando una persona infectada tose o exhala (3).
Este virus se propagó en poco tiempo a lo largo y ancho de todo el globo. A partir de su rápida extensión y su gravedad clínica, la OMS declaró estado de alerta y la situación alcanzó el estatus de pandemia mundial el 11 de marzo del año 2020 (5). Pocos días antes del señalamiento de la OMS tanto, el 1 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud Pública de República Dominicana confirmaba el primer caso positivo de COVID-19: un ciudadano de origen italiano (4). Al día 14 de abril, se contabilizaron localmente 3,614Es casos confirmados (6), 208 recuperados y 189 fallecidos (letalidad=5.2%).
En otro orden de ideas, el comportamiento humano está influenciado por el conocimiento, y este, a su vez, por las percepciones de las personas (7). En el contexto específico de las pandemias respiratorias, algunos estudios indican que el comportamiento con respecto a las medidas de protección sanitaria varía según el género, la edad, variables socioculturales, y el tipo de intervención promovida (8). Sin embargo, la ejecución de buenos comportamientos con relación a la higiene de manos (HHB) entre los profesionales de la salud sigue siendo deficiente, con niveles de implementación del 25% al 40% (9).
En este sentido, en República Dominicana, el Ministerio de Salud Pública se ha encargado, aún desde etapas iniciales de la pandemia, de difundir masivamente mensajes de precaución y promoción de las buenas prácticas para proteger la salud de la población y de los trabajadores de salud. Otra estrategia empleada ha sido la habilitación de centros de llamadas las 24 horas del día, así como también la creación de “Aurora MSP” (10): un asistente virtual que pone en contacto a la población con más de 200 médicos y que se encuentra disponible mediante las redes sociales de Facebook, WhatsApp y Telegram.
El profesional de salud es la persona de referencia ante consultas acerca del COVID-19, por lo que es imprescindible que este se encuentre capacitado para la difusión de información a todo tipo de público, dicha información tiene que estar basada en evidencia científica. El gobierno de EE. UU. en colaboración con Health Communication Capacity Collaborative (HC3), proporcionan la información más reciente sobre el COVID-19 y brindan opciones sobre como esclarecer aspectos de la enfermedad a personas que no disciernen este tipo de circunstancias, en concreto aquellos niños o personas adultas. Además de esto, ofrecen espacios de información, centros de recursos, comunicación de estrategias, educación, entre otras cosas más (11).
Por todo lo anterior, este estudio explora los conocimientos y representaciones mentales relacionadas con la prevención de la COVID-19 entre trabajadores de la salud, precisamente, en República Dominicana.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un subanálisis del estudio sobre el nivel de conocimiento y las percepciones que los adultos poseen con respecto a la COVID-19. Esto se hizo para determinar cuál es la persistencia de mitos dentro el personal de salud de República Dominicana. De esta forma, dicho personal completó un cuestionario elaborado en la plataforma virtual Google forms, la cual circuló durante el período que va del 30 de marzo al 6 abril de 2020. La muestra fue de 2351 encuestados y se alcanzó mediante muestreo en bola de nieve. Del total, 981 eran profesionales de la salud. Los investigadores y las partes interesadas respaldaron la encuesta actuando como “guardianes” en las redes sociales y apegándose al Checklist for Reporting Results of Internet E-Surveys (CHERRIES) (12). Los criterios de inclusión fueron que los participantes pertenecieran a la población dominicana y que se encontraran en un rango etario de 18 años o más.
Los datos se organizaron y fueron posteriormente analizados por grupos de edad, género, nivel educativo y nivel económico, este último atendiendo al ingreso per cápita diario y el ajustado por paridad de poder adquisitivo en dólares americanos, de manera que: pobres:
Cabe resaltar que el estudio cuenta con la aprobación del comité de ética institucional del Hospital Pediátrico Dr. Hugo Mendoza. Aunado a ello, los participantes otorgaron su consentimiento voluntario explícito antes de la recopilación de datos.
RESULTADOS
Las características de la población encuestada: en su mayoría mujeres, el rango etario más frecuente fue de 18-44 años, procedentes de la zona metropolitana con ingresos entre RD $44,089 y RD $220,444 mensuales en el 55.10% de los encuestados. Otras características demográficas se muestran en la Tabla No. 1 (ver Tabla No. 1).
Tabla No. 1. Características sociodemográficas de la muestra.
Características
No.
IC 95%
Inf.
Sup.
N=
981
Grupo Etario
18-44
744
75.8
0.73
0.79
44-65+
237
24.2
0.21
0.27
Género
Hombre
271
27.6
0.25
0.30
Mujer
704
71.8
0.69
0.75
Prefiero no indicarlo
0.6
0.00
0.01
Procedencia
Zona Metropolitana
706
72
0.69
0.75
Otras provincias
275
28
0.25
0.31
Convivencia con menores de 18
Ninguna
416
42.4
0.39
0.45
Una o más
565
57.6
0.55
0.61
Ingresos mensuales*
85 8.7 0.07 0.10 RD$17,636 - RD$44,089 287 29.3 0.26 0.32 RD$44,089 - RD$220,444 541 55.1 0.52 0.58 >RD$220,444 68 6.9 0.05 0.09 *Valores expresados en pesos dominicanos (RD$). 1 US$ =RD$ 54,02 al 22/04/2020 La mayoría de los encuestados (89%) considera que limitar el contacto cercano con personas enfermas, lavarse las manos y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar son medidas que previenen una infección del nuevo coronavirus. Ahora bien, en lo que respecta al uso de mascarillas, el 89.7% concuerda con el empleo de esta medida preventiva (ver tabla No. 2). Tabla No. 2. Opiniones del personal de salud respecto a las medidas de prevención Opiniones del personal de salud con respecto a las medidas de prevención No. IC 95% Inf Sup N= 981 Utilizar una mascarilla Falso 101 10.3 0.08 0.12 Verdadero 880 89.7 0.88 0.92 Vacunarse contra la gripe Falso 924 94.2 0.93 0.96 Verdadero 57 5.8 0.04 0.07 Gárgaras de agua salada Falso 807 82.3 0.80 0.85 Verdadero 174 17.7 0.15 0.20 Tomar bebidas calientes Falso 665 67.8 0.65 0.71 Verdadero 316 32.2 0.29 0.35 Exponerse a los rayos del sol Falso 761 77.6 0.75 0.80 Verdadero 220 22.4 0.20 0.25 Lavarse las manos Falso 10 0.00 0.02 Verdadero 971 99 0.98 1.00 Comer ajo Falso 914 93.2 0.92 0.95 Verdadero 67 6.8 0.05 0.08 Evitar el contacto cercano con personas enfermas Falso 10 0.00 0.02 Verdadero 971 99 0.98 1.00 Tomar antibióticos Falso 959 97.8 0.97 0.99 Verdadero 22 2.2 0.01 0.03 Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar Falso 0.9 0.00 0.02 Verdadero 972 99.1 0.98 1.00 Comprar papel higiénico Falso 940 95.8 0.95 0.97 Verdadero 41 4.2 0.03 0.05 Tomar Vitamina C Falso 645 65.7 0.63 0.69 Verdadero 336 34.3 0.31 0.37 Tomar agua cada 15 minutos Falso 715 72.9 0.70 0.76 Verdadero 266 27.1 0.24 0.30 Utilizar guantes Falso 241 24.6 0.22 0.27 Verdadero 740 75.4 0.73 0.78 Más del 93% señaló que vacunarse contra la gripe, comer ajo, tomar antibióticos y comprar papel higiénico son acciones inútiles para combatir la enfermedad. Sin embargo, algunas medidas fueron consideradas como efectivas por encima del 30% como tomar vitamina C y bebidas calientes. Otras como tomar agua cada 15 minutos y exponerse a los rayos del sol fueron validadas por más del 20% del personal de salud (ver Tabla No. 2). El personal de salud se encuentra en la primera línea dentro de la lucha contra esta enfermedad, por lo que posee mayor probabilidad de infección en comparación con la población general. Esto dota de carácter de urgencia al hecho de que los trabajadores sanitarios, en todo el mundo, cuenten con un amplio acervo de conocimiento sobre aspectos de la enfermedad: manifestación clínica, diagnóstico, tratamiento propuesto y estrategias de prevención establecidas (13). Las medidas de prevención de la COVID-19 relacionadas con mejores prácticas de higiene han presentado barreras tanto dentro de su aceptación como en su aplicación en diferentes regiones del mundo (14), diferenciándose de lo encontrado en este estudio, donde se observó un adecuado conocimiento al respecto. Siguiendo con lo anterior, el lavado de manos tuvo una respuesta favorable (aproximadamente la totalidad de la población del sector salud, a diferencia de lo estipulado por otros autores) (9). Por su parte, el uso de mascarilla como medida de protección presentó una menor tasa de aceptación que el lavado de manos. A pesar de ello, la cifra fue de un 90%, en este sentido, las condiciones sociodemográficas no representaron un factor significativo dentro de la selección de su uso, como se ha descrito para la preferencia de métodos de barrera como medida preventiva (8). Debido a las limitaciones de esta investigación (el hecho de que esté elaborada bajo la modalidad cuestionario y no en forma de estudio de campo observacional) se demuestra la existencia de un sesgo con relación a las personas que respondieron afirmativamente, puesto que, frente a ambas variables mencionadas anteriormente, puede que la acción no sea replicada como indican las respuestas. Además, aspectos culturales determinados por variables sociodemográficas influyen dentro de la creatividad y, por ende, dentro de la elaboración de conocimiento (14, 15), esto conduce a recuperar la información disponible en el entorno cuando se buscan soluciones no demostradas. Dicho comportamiento se puede observar cuando se brindan recomendaciones basadas en experiencias personales y no precisamente en evidencia científica. Ejemplo de ello sería la investigación que administra altas dosis de Vitamina C por VI (vía intravenosa) a pacientes infectados de COVID-19 para mitigar los efectos del Síndrome de Distress Respiratorio Agudo (SDRA) (16). Claro está, aún se necesitan investigaciones complementarias que establezcan la eficacia de la terapia. Sin embargo, en esta investigación se evidenció que el 30% del personal de salud considera que “tomar vitamina C es una opción válida para prevenir la COVID-19”, a pesar de las obvias diferencias entre las condiciones existentes en el estudio (vía IV en altas dosis) y la recomendación de ingerirla vía oral y en dosis regular. En primer lugar, se puede mencionar el hecho de que la muestra no es representativa de la población general. En segundo lugar, predominan características: edad, educación universitaria, zona de residencia, etc., las cuales podrían estar correlacionadas con la percepción y los conocimientos de la COVID-19, sin embargo, no es factible conducir una encuesta nacional en el marco del tiempo necesario para obtener información útil y, precisamente, en el contexto de una pandemia de rápido alcance. Finalmente, existe la posibilidad de que algunos participantes hayan buscado las respuestas a algunas preguntas en internet, antes de responder el cuestionario, y esto, consecuentemente, puede haber sesgado los resultados de las preguntas y su nivel de objetividad. A pesar de ello, cabe resaltar que a los participantes se les alentó a no buscar las respuestas y a ofrecer información basada en su opinión. En general, los participantes demostraron un alto nivel de conocimiento y prevención con respecto a la COVID-19. No obstante, algunos mitos prevalecen entre el personal de salud como, por ejemplo, la creencia de que ingerir bebidas calientes, así como consumir vitamina C es beneficioso. Esto destaca la necesidad de programas educativos específicos y una intervención basada en criterios objetivos. Además, comprender el conocimiento, las actitudes y las prácticas que rodean a la prevención de la COVID-19 tiene implicaciones para la investigación y la práctica de salud pública dentro del área de prevención de enfermedades infecciosas. Aunado a esto, el empoderamiento de la población sobre informaciones confiables contribuiría con la reducción de la ansiedad y la transmisión del virus, atravesando así millones de vidas. No se declaró conflicto de intereses para la realización de este estudio. No se recibió financiamiento desde ninguna institución o entidad para realizar este estudio, la investigación fue financiada por los autores. Herrera Morban, Demian A. Correo:herreramorbanmd@gmail.comMEDIDAS DE PREVENCIÓN
DISCUSIÓN
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
CONCLUSIONES
CONFLICTO DE INTERÉS
FINANCIAMIENTO
CORRESPONDENCIA