Abstract
Se sabe que la luz irradiada por el Sol es de vital importancia para el desarrollo de la vida en la Tierra, y que sin ella definitivamente no estaríamos aquí. Sin embargo, cuando la oscuridad de la noche llega a nuestro planeta, es posible observar que la luz no solamente puede ser producida por el Sol. Muchas especies de organismos, tanto terrestres como marinos, tienen la sorprendente capacidad de generar su propia luz.
Quizá los primeros organismos que llegan a nuestra mente en este contexto sean las luciérnagas, que emiten luz en la búsqueda de sus parejas; pero, también hay otros organismos como larvas de escarabajos, caracoles y hongos que sorprenden con esta capacidad. En los océanos, un sinfín de especies —incluidos los ctenóforos, cefalópodos, bacterias, crustáceos, fitoplancton y algunos peces— también tienen esta magia, convirtiéndose en un verdadero espectáculo.--LEER MÁS--