Abstract
Las tortugas marinas sufren frecuentemente de ataques con lanzas en la región del cuello, lo que implica que las mantienen vivas hasta destazarlas. Por tanto, la habilidad de las redes de rescate de animales varados para curar y rehabilitar estos animales, ha cobrado interés. Dos tortugas de carey, Eretmochelys imbricata, recolectadas ilegalmente por medio de la pesca con lanza, el 8 de mayo de 1993, fueron confiscadas por la Policía Marítima de Puerto Rico y enviadas a la ?Caribbean Stranding Network?, para la rehabilitación de dichas tortugas (Caso # NEPCH136). La región cervical lacerada de ambas tortugas fue sometida a cirugía y reparada de esta manera. Una de la tortugas, un macho adulto con un caparazón de 67 cm de largo y 46.8 kg de peso, que carecía de otras heridas, se recuperó y fue liberada (marcas de aleta QQD915, QQD916). La otra, una hembra joven con un caparazón de 46.0 cm y con un peso de 15.2 kg, tenía otras heridas, las cuales fueron infectadas por bacterias (Proteus mirabilis y Serratia rubridea), a pesar del tratamiento con trihidrato de ampicilina. Una necropsia reveló la existencia de numerosos y diversidad de parásitos que fueron reportados en otras regiones. El resultado de este procedimiento demostró que las tortugas heridas con lanzas, que no presentan otras complicaciones, pueden ser rehabilitadas. Esta cirugía, algo temprana, ha dado lugar a que se desarrollen nuevas técnicas para un manejo exitoso de las heridas de las tortugas marinas.Comments
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Copyright (c) 2008 Revista de Biología Tropical
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