Resumen
Las organizaciones como expresión inherente de la capacidad socializadora y transformadora de las personas, constituyen formas modeladoras, reproductoras y conservadoras de las condiciones
y necesidades que gestaron su constitución. La desigualdad social, económica y de poderes en las sociedades capitalistas ha creado la
diversidad de formas organizativas que se complementan, compiten y reproducen. Sin embargo, las relaciones sociales y orgánicas en un medio individualista y excluyente, han tendido
contradictoriamente a concentrar y centralizar el poder, reduciendo de esta manera la diversidad y heterogeneidad de las organizaciones o eliminando las diversas expresiones sociales e incluso privatizando lo público. El poder económico y militar globalizado niega y violenta tanto la condición y necesidad de la sociedad capitalista, como la de la propia reproducción de lo privado. La concentración del poder en las grandes urbes las hace vulnerables a la contaminación, degradación del medio ambiente y la pauperización creciente, así como débiles ante la violencia que genera el poder autoritario.