Abstract
La hemofilia A es más frecuente que la B en una proporción de 5 a 1. Se clasifican en grave, moderada o leve, en función del nivel de deficiencia del factor de coagulación. Las manifestaciones clínicas más importantes son las hemorragias, siendo las cerebrales las de mayor riesgo y las lesiones músculo-esqueléticas las que se comportan con mayores secuelas(1). Un tratamiento preventivo reduce cinco veces los sangrados en las personas que padecen de hemofilia, se vuelven menos vulnerables a las hemorragias traumáticas o a las caídas que puedan tener. Sin embargo, actualmente el 66% de los pacientes con hemofilia no están recibiendo el tratamiento oportuno, a nivel hospitalario de América Latina(2). La estrecha colaboración en la atención integral que debe existir entre los cirujanos ortopédicos, hematólogos, médicos rehabilitadores, fisioterapeutas y demás colaboradores del equipo es fundamentalpara el tratamiento ortopédico del paciente hemofílico.