Abstract
Las modificaciones corporales, incluidas piercings, tatuajes e implantes subcutáneos han aumentado sustancialmente su popularidad en épocas recientes. Representan una disrupción de las barreras naturales corporales y un riesgo elevado de infecciones, tanto locales como distantes, como es el caso de endocarditis infecciosa, predisponiendo el torrente sanguíneo a patógenos externos. Este artículo corresponde a un reporte de caso de un paciente de 35 años con múltiples modificaciones corporales e historia de uso de drogas intravenosas, quién se presentó con endocarditis en la válvula aórtica, causando insuficiencia severa de la misma. Se presenta, además, una revisión bibliográfica de la relación entre endocarditis infecciosa y piercings, tatuajes u otras modificaciones corporales.