Abstract
El uso del pasado ha sido un arma política tradicionalmente utilizada para la formación o reformación de una identidad nacional específica. Basadas en la necesidad política de crear narrativas nacionales que beneficien o sostengan el régimen político dominante, las elites políticas desarrollan tradiciones inventadas para redefinir la memoria colectiva de ciertos eventos históricos con el fin de manipular o aprovechar su mensaje y los valores intrínsecos asociados a estos.En Costa Rica, la guerra filibustera es aceptada como la narrativa nacional por excelencia, esto incluye la Batalla de Santa Rosa de 1856. En 1956, una segunda batalla en Santa Rosa, la de 1955, fue usada por el partido gobernante para apoyar una nueva narrativa nacional que promoviera un nuevo proyecto de nación. El intento, sin embargo, fracasó. Este artículo analiza los conceptos de memoria colectiva y tradiciones inventadas para explicar las circunstancias de este fracaso.
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