Resumen
Esta conferencia se refiere a la realidad tecnológica que ha traído cambios en los procesos de formación y de producción, también indica que se nos impone a todos en este final del siglo XX, tanto en el mundo profesional como en el espacio privado, es más difícil de identificar los verdaderos cambios que esta implica, ya sea para su propia actividad como para las estrategias futuras y las decisiones de inversión, con respecto especialmente a la evolución de los sistemas de formación. Además se refiere a los progresos de la técnica y de la ciencia en los tres últimos siglos, y particularmente en el que se termina, indica que ha tenido aceleraciones prodigiosas, de las cuales todavía se miden mal todas las consecuencias: se abolió la esclavitud, luego se redujo el trabajo, se abolió el espacio y el tiempo. Y sin embargo la barbarie no ha desaparecido como lo atestiguan con el brillo sombrío las dos guerras mundial es que desgarraron en este siglo. El hombre se interroga más que nunca sobre si mismo, porque no se ha liberado, más que sus ancestros del años mil, de sus angustias: a pesar de los inmensos progresos realizados, el mundo sólo le proporciona la felicidad a la que aspira de una manera parsimoniosa, imprevisible y fugaz; y es posible preguntarse si el fin de este milenio no es el del mundo sino el del hombre. Y es a nivel de esta articulación que los actores y agentes de la educación y de la formación son interpretados y deben prepararse para aportar respuestas: en treinta años, “la formación pasó del trabajo social a la educación por lo económico” Pero ¿debe por ellos limitarse el rol de los educadores de los formadores al de vectores de especialización estrechamente profesionalizada? Dicho de otro modo ¿debe la formación llevar a los individuos a internarse en ellos mismo como recursos humanos de la empresa, y sólo en virtud de esto a perfeccionarse, a llegar a ser más competentes, más eficaces? En este caso serían un medio privillejado de hacer “interiorizar por los individuos las leyes económicas y técnicas”, dominios que la formación inicial no pretende aprehender prioritariamente, impregnada como lo sigue estando de la filosofía humanista. La filosofía profunda pero corta a la que invitan los lugares comunes, a su manera plantea las preguntas que aquí nos interesan: ¿Cuáles son las relaciones del hombre con las nuevas tecnologías y con el desarrollo? ¿Qué problemas revelan estas relaciones, en particular a nivel de la relación del hombre con el mismo? Hemos retenido tres líneas de reflexión en esta inmensa problemática: la primera tiene que ver con el hombre desde el punto de vista de la ética y de las libertades; la segunda se focaliza en el tema del hombre y la producción, y la última, en la dialéctica del hombre y la sociedad. Concluiremos con lo que está en juego desde el punto de vista pedagógico, con las prolongaciones necesariamente filosóficas y políticas, comprometidas con las elecciones que hacen hoy los hombres para el mañana: el tercer milenio ya está aquí.Comentarios
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