Resumen
Desde la segunda mitad del siglo XVI bienes de origen chino penetraron en los mercados del Imperio Español, incluyendo aquellos de sus territorios europeos. Para las primeras décadas del siglo XVIII la oferta de estos bienes creció en toda Europa por el establecimiento de compañías comerciales en el Lejano Oriente. Este artículo busca conocer los mercados específicos de sedas chinas que se formaron en Sevilla en la primera mitad del siglo XVIII a través del análisis del consumo con fuentes notariales tales como los inventarios de difuntos y las cartas de dote.