Abstract
Partiendo del concepto de distribución de lo sensible de Jacques Rancière este ensayo examina las formas en que el campo cultural centroamericano, en particular la literatura, ha contribuido a descolonizar el imaginario homogeneizador que dominó la construcción de identidades nacionales hasta la segunda mitad del siglo XX. Explorando el potencial contestatario de la memoria que desafía los límites de la decibilidad y visibilidad histórica, la diversificación de las discursividades literarias y la reescritura del relato oficial/dominante de la historia en la nueva novela histórica, trazo un esfuerzo estético, que es también político, de movilizar imaginarios culturales y prácticas políticas que contestan la homogeneidad y buscan configurar una partición más democrática y heterogénea de lo sensible. Al perturbar la establecida y dominante configuración simbólica de lo compartido, el campo cultural construye un imaginario pluriétnico e intercultural, un proyecto de comunidad plural, incluyente y participativa, una convivencia en la diferencia de diversas subjetividades centroamericanas.