Abstract
El interés central de este trabajo es el de dar respuesta a algunas preguntas relevantes y
vinculadas de manera directa a la política exterior, que fuera dirigida hacia Centroamérica, durante
el régimen porfiriano, y más particularmente, a partir del segundo lustro de la primera década del
siglo xx. En este sentido, las principales cuestiones que guían esta ponencia son las siguientes:
¿Qué importancia tuvo la región centroamericana para el régimen de Díaz, de modo especial en
su etapa final? Y la segunda, ¿qué intereses motivaron a México para pretender “exportar” la
pax porfiriana al istmo, más allá de la evidente intención de poner freno a la creciente ambición
geoestratégica, comercial y diplomática que sobre esta región mantenía Estados Unidos? Para
abordar estas interrogantes, analizaré la labor diplomática realizada por un particular político
porfiriano, me refiero a Enrique C. Creel, quien intervino -en calidad de embajador de México
en Washington- en el intento por propiciar la paz en la región en 1907, y quien participó también
en la instalación de la Corte de Justicia Centroamericana en Cartago, Costa Rica, en 1908.