Resumen
De cara a la sociedad del futuro es necesario que la educación inicial tome conciencia de incorporar al niño y la niña, a las madres, los padres y docentes en una educación problematizadora, que les permita tomar parte, colectivamente, de su vocación ontológica e histórica de humanizarse, vocación actualmente sujeta a la alienación disociativa, como nos recuerda la pedagogía crítica y el análisis de la modernidad. El viraje del Estado hacia el liberalismo económico y los papeles cambiantes de las mujeres en nuestras sociedades hacen que los sistemas de formación de la niñez se sitúen en una difícil encrucijada. Se constatan las carencias de reflexión profunda acerca de las posibilidades y significados del trabajo subvalorizado de las mujeres y de la educación inicial como instrumentos de transformación humana y social. Es con el fin de contribuir hacia ideales compartidos, desde un paradigma dialéctico, transaccional, humanista y feminista, que desglosamos una serie de principios que orienten nuestra mirada y nuestras acciones en este ámbito. Asimismo, nos mueve el requerimiento de esbozar una serie de ideales coherentes que sirvan como parámetros de calidad para la evaluación de programas de educación inicial. El presente artículo hilvana estos lineamientos generalesComentarios
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