Abstract
En los últimos años, se ha convertido en asunto conocido y comentado ampliamente la importancia decisiva que tienen los medios de comunicación de masa en la conformación y transformación de las sociedades. Estos medios no solo nos entretienen y nos mantienen informados sino que “han contribuido a enajenar la conciencia colectiva y a transformar los hábitos de conducta del hombre moderno” (Fernández, 1982, pág. 17).
En efecto el periódico, la radio, la televisión marcan la pauta de lo que pensamos pues contribuyen a formar “opinión pública” deciden por nosotros cómo vestimos, qué comemos, dónde nos divertimos y cuál es la mejor forma de estar a la moda para tener éxito.
Ahora bien, es claro que esos medios de comunicación son a la vez producto y productores de tipo de sociedad en que vivimos, por lo que pueden convertirse para algunos en una serpiente que se muerde la cola. ¿Cómo lograr que la influencia que tienen esos medios produzca buenos frutos para la sociedad en que insertan si son producto de esta, pero a la vez definen sus características?