Abstract
Son muchas y frecuentes las voces que, en el medio educativo costarricense, comentan el problema de la ortografía (o de su ausencia) en los alumnos de todos los niveles. Por lo mismo Chavarría (1988) afirma que “La ortografía es como el tiempo, todo mundo lo comenta, pero nadie hace nada al respecto” (p.13).
Aunque a lo mejor se hace mucho por resolver este problema, es probable que lo estemos haciendo equívocamente, ya sea por costumbre arraigada fuertemente o por desconocimiento de las causas que provocan la distorgrafía.
Este artículo pretende ser una pequeña en la búsqueda de soluciones para el fenómeno distorgráfico. Por eso se concentra en un aspecto parcial de la ortografía: la acentuación y su enseñanza.