Abstract
La jubilación produce cambios a nivel individual, que además repercuten en la vía económica y social de la familia. Estos desajustes se conocen como "el síndrome del retiro". Los estereotipos existentes sobre las personas mayores tienden a ser negativos y asocian vejez con la jubilación, lo que vuelve este período del retiro laboral, una transición muy difícil para los adultos mayores. A su vez, el período adolecente ha sido considerado crítico, donde el joven tiene a alejarse de la familia creando una brecha generacional, al mismo tiempo necesita mucha guía y apoyo tolerante. este artículo analiza la posibilidad de lograr una relación de aprendizaje entre estas dos generaciones, que permita una fuerza sanadora de cariño, reconocimiento y aceptación entre jubilados y adolescentes de la familia.