Abstract
La educación, responsable de la formación de ciudadanos y ciudadanas ha sido un componente que ha permanecido a lo largo de la historia de la humanidad. Sin embargo, el encontrarnos a las puertas del tercer milenio es obligante un cambio de perspectiva, razón por la cual el docente, el estudiante, el trabajador, el productor, el padre de familia, ciudadano en general, de fortalecer y enriquecer sus estrategias para poder enfrentar los desafíos del siglo XXI con un renovado humanismo y con la eficiencia y la eficacia como estándares. Por lo tanto, se debe apuntar hacia un proceso educativo fundamental en el desarrollo del pensamiento, en el enriquecimiento y fortalecimiento de las habilidades del pensamiento y de las estrategias cognitivas.
Para que la educación costarricense vaya rumbo al éxito se quiere educadoras y educadores centrados en el desarrollo de habilidades del pensamiento, a educadores de un vasto conocimiento de cada una de las disciplinas que enseñan y estudiantes centrados en el aprendizaje significativo.