Abstract
Son múltiples las propuestas creativas a favor de una hibridación parametral del sonido y sus múltiples relaciones con el lenguaje, como respuesta a la jugosa pregunta de cómo escuchamos, y a la famosa disputa cuánto de Arte lleva consigo Ciencia y viceversa. El ejercicio de lo sonoro debería suceder en un espacio de reconciliación semiótica entre escritura, memoria y escucha. Enrique Males (Ibarra, Ecuador, 1942) y Mesías Maiguashca (Quito, Ecuador, 1938) toman muestras, colores y recursos de los territorios andinos para brindarnos un duelo que, en medio de la abstracción y la figuración sonora, pretenden vehicular suficientes estímulos retóricos conscientes en el fenómeno acústico expandido. La experiencia de la composición contemporánea y del ejercicio de la interpretación sonológica apelan a un pozo emocional común del que se desprenden y modifican las posibilidades de nuestra ingenuidad. Defenderemos una escucha asociada al encuentro de los discursos de lo andino y lo colonial. La obra de estos artistas manifiesta que es posible construir memoria y reivindicar contextos compartidos.