Resumen
El corpus de este trabajo lo integran 876 esquelas funerales, publicadas en el Obituario del periódico La Nación durante julio, agosto y setiembre de 2005. Los eufemismos empleados corresponden al tabú de la delicadeza y exponen las formas variadas en que deudos y amigos comunican la noticia de la muerte de seres queridos, interés primordial de este tipo de publicaciones. El sustituto del lexema muerte más empleado es fallecimiento y el verbo preferido es lamentar. Nunca se menciona el cadáver ni los verbos sepultar y enterrar. Cuando los difuntos se consideran actores de las acciones expuestas por el verbo, predomina el presente de indicativo del verbo descansar, en contraste con su pretérito perfecto. El lenguaje, instrumento comunicativo por excelencia, les posibilita a los hablantes construir su experiencia total de vida. Lo emplean para comunicar sentimientos y afectos incluso en circunstancias dolorosas; de este modo, interactúan con los demás usuarios y, entre todos, como grupo social, configuran su propia visión del mundo.Comentarios
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