Resumen
Con el propósito de detectar las líneas de combate que suscita en el campo de intervención de las nuevas teorías críticas el problema, heredado de la tradición marxista, de la relación entre práctica política de las clases subalternas y Estado, este artículo confronta las apuestas por la multitud cooperativa y productiva, por el sujeto político como fidelidad a un acontecimiento, por el pueblo como articulación hegemónica de demandas heterogéneas y por el sujeto político como emergente de una irrupción igualitaria. Como conclusión de una lectura atenta a las operaciones de demarcación y a las confluencias, se reconoce el trazado de divisorias de aguas no superpuestas: entre las posiciones que, más allá de sus diferencias, definen a la política (y a sus sujetos) como una práctica excepcional en la historia de las formas de dominación que sólo adquiere todo su espesor cuando se despliega por completo a distancia del Estado y una posición que inscribe la política y sus operaciones en el campo estratégico del Estado; entre una visión de la política como espacio que se designa a sí mismo y crea sus propios sujetos (o es creada por ellos) y una perspectiva para la cual el mundo de la producción es el único terreno en el que puede conformarse un sujeto político auténtico; entre una tendencia que reclama por el internacionalismo de las luchas populares o de la multitud y otra que sitúa a los sujetos políticos en los espacios nacionales.