Resumen
El ensayo trata de resaltar (y rescatar) diversos aspectos promisorios y progresistas contenidos en el llamado orden premoderno y en la época anterior a la Primera
Guerra mundial. Entre estos factores se hallaban la configuración de una estructura
familiar sólida, la existencia de individualidades fuertes con concepciones firmes
sobre la ética cotidiana y una (alta) cultura todavía alejada del relativismo axiológico
a ultranza. Esta era del liberalismo clásico se diferenciaba del actual “capitalismo
volátil”, caracterizado por su narcisismo autorreferencial y sus tendencias tecnocráticas. A lo positivo del mundo de ayer contribuyó una aristocracia con algunos rasgos
premodernos, que reconocía los límites que nos imponen el entorno natural y las
carencias humanas.