Abstract
Las estructuras de poder han buscado instaurar las conductas pacíficas — pasivas y sumisas— como características “normales” y deseables dentro de la sociedad costarricense. Esto se ha logrado entre múltiples factores, por medio de la participación de los medios de comunicación, la educación formal, la psiquiatría (con la medicalización) y la Psicología, los cuales han colaborado de diversas formas en el establecimiento y continuidad de la labor de la normalización costarricense, actuando como canalizadores o justificadores de las acciones tomadas por la ideología dominante.
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