Abstract
Todo cuestionamiento, deliberación y reflexión por parte de las sociedades acerca de sus significaciones, sentidos y poderes, implica conflicto y afectividad. El presente trabajo circunscribe el análisis a la pregunta por el lugar de la afectividad en la política, centrándonos en distintos recorridos y aportes que intentan responder esta pregunta. Nuestro objetivo es reivindicar el papel de los afectos, en un contexto en el que priman aquellas formas de pensar la política en el ámbito de la “racionalidad”; perspectivas que impulsan la búsqueda de consensos racionalmente establecidos y que coinciden en ubicar a los afectos como aquello sobre lo que la política debe distanciarse, postulando la equivalencia entre afectividad e irracionalidad. Se recorrieron distintos abordajes, iniciando con los aportes de la primera etapa de la psicología de las masas, que sostendrán que la línea divisoria entre las formas racionales de organización social y los fenómenos de masas coincide en gran medida con la frontera que separa lo normal de lo patológico, así como la idea de que la distinción entre la racionalidad y la irracionalidad coincidiría ampliamente con aquella entre el individuo y el grupo para a continuación retomar los aportes de Sigmund Freud en “Psicología de las masas y análisis del yo”, y sus conceptos de libido e identificación, centrales para pensar la formación de la masa así como para dar el giro de la idea de sugestibilidad a la de afectividad . Por último, introduciremos los aportes al debate contemporáneo de la politóloga belga Chantal Mouffe que nos permitirán reflexionar sobre la actual situación política en Europa y el avance de los llamados “neofascismos”. No es la intención del presente trabajo agotar las relaciones posibles entre afectividad y política, sino ser una invitación a seguir profundizando en base a los desarrollos que han intentado pensar esta relación a lo largo de la historia. Por lo tanto, más que saldar el debate, nos proponemos aproximar las complejidades del mismo y ser un esbozo a la hora de desarrollar nuevos conceptos, ampliando así la frontera de lo pensable. Es nuestro propósito contribuir a desestigmatizar el rol de los afectos en la política y pensar la importancia de los mismos, ya no para reducirlos a un mero accidente o lugar marginal, sino para pensarlos en su verdadera e importante centralidad.Comments
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