Resumen
Ha pasado el tiempo y no se deja de "señalar" a la educación como el factor más importante de la vorágine en que se encuentran los países que no forman parte del privilegiado G-7. Estos señalamientos tienen un origen en la cosmovisión que comparten, por beneficio propio, aquellos países ricos y los organismos multilaterales quienes miran cada parte de la sociedad como una totalidad en sí misma, desarticulándola y descontextualizando todo análisis que se realice de las partes. Para mirar qué sucede con la educación de un país, no se debe mirarla de esa manera, sino en forma holística, es decir relacionándola con otros elementos que forman parte de la vida cotidiana de este país. Solo de esa forma podemos dar cuenta del por qué suceden algunas cosas que no nos gustan de la educación. Hoy nos encontramos en una disyuntiva: no tenemos claro para qué educamos. Podemos escoger algunas de las siguiente opciones. educar solo para el trabajo, lo cual nos lleva a adherir a los supuestos de los Organismos Multilaterales; educar para la vida, corremos el riesgo de que las competencias adquiridas por las personas no coincidan con las solicitadas por el mundo del trabajo; seguir con la estructura vigente, nos pone en aprietos porque, la subocupación o subempleo es inminente y ascendente, con el riesgo de formar para la frustración; adherir a la resistencia, nos podríamos acercar a la exclusión, en tanto que los capitales extranjeros que aterrizan en nuestro suelo solicitan otro tipo de trabajador. Trabajaremos aquí, la premisa de que en tanto ser humano ciudadano, se tiene el derecho a un trabajo, a permanecer incluído y la educación, en tanto institución pública, debe contribuir en la formación de los hombres y las mujeres para que puedan acceder a un trabajo digno y ejercer la ciudadanía. Esto nos lleva a analizar los procesos de cualificación y descualificación, puesto que nos estamos acercando a una lógica dual, por un lado se exigen nuevos conocimientos a los trabajadores pero por otro se los descualifica, estimando que los saberes acumulados entran en desuso. La convocatoria de la Tercera Revolución, en el caso de Costa Rica, se centra en buscar el tipo de cualificación, necesaria para estar incluidos en los procesos, que se experimentan en forma diferencial en cada una de las regiones o Estado-nación. Esta nueva cualificación va más allá de habilidades y conocimientos concretos, etc., que satisfaga las nuevas demandas del mercado. Es una opción que se oriente a que las personas entiendan, piensen y hablen de aquello que pueden hacer, para lo cual hay que evitar la escisión entre conocimiento y pensamiento.Comentarios
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Derechos de autor 2014 Actualidades Investigativas en Educación
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