Abstract
El trabajo aborda la delicada relación que se dio entre la idea de turismo y ambiente en el puerto de Puntarenas entre 1946 y 1980. Lapso en el cual se transitaba del turismo veraniego al turismo comercial ambos enmarcados en el anhelo de desarrollo portuario y de una mejor calidad de vida para los puntarenenses. Si bien, la concepción ambiental era primaria y utilitaria, dicha representación fue una forma de concienciar a la sociedad puntarenense de la importancia de conservar su ambiente para sobrevivir a las transformaciones económicas que imponía la nueva industrialización y comercialización del país, lo que implicó el fomento del sector terciario y la generación de las consecuencias de un modelo aperturista de desarrollo regional y nacional.