Abstract
En el año de 1939 da inicio en nuestro país el servicio de Educación Especial con el profesor Fernando Centeno Güel como principal promotor. Este servicio comprendía principalmente a los niños que presentaban retardo mental, problemas de audición y lenguaje y deficiencia visual.
No obstante lo anteriores, se evidenció que un sector de la población escolar necesitaba de ayuda y no la estaba recibiendo. Este sector comprendía a los niños que física e intelectualmente eran normales, pero fallaban en percibir visualmente, procesar información auditiva, leer, hablar, deletrear, realizar operaciones aritméticas o pensar adecuadamente. Respondiendo a este tipo de dificultades surgió el campo de los problemas de aprendizaje, alrededor de 1965 (R. de Chacón 1976).
La necesidad de atender este tipo de población fue tan evidente que dio origen en 1977 a un modalidad denominada aulas de recurso, cuyo objetivo es lograr el máximo desarrollo del potencial del niño con necesidades especiales y facilitar su adaptación e integración al sistema regular, además de ser un recurso de apoyo para el personal docente y de orientación para los padrea de familia (MEP, 1995).
El niño que presente dificultades específicas en su aprendizaje dese ser referido al aula recurso, previo diagnóstico del docente de aula regular, quien es, supuestamente la primera persona que detecta su problema (MEP, 1992).