Resumen
En este texto propongo la tesis de que el aburrimiento es una emoción moral. Para ello analizo las ideas de los distintos pensadores (Schopenhauer, Heidegger, Svendsen, Lafargue) que han abordado este y otros conceptos afines, y propongo que el aburrimiento debería diferenciarse del tedio y de la pereza. El aburrimiento se distinguiría de esos otros dos conceptos en la medida en que aporta a la percepción moral y en que se adecúa a las características que los especialistas en la materia (con quienes el texto también dialoga a lo largo de sus distintos apartados) señalan como propias de una emoción. El aporte específico del aburrimiento a la reflexión moral consistiría en dar cuenta de la incapacidad de un contexto determinado para producir sentido.Comentarios
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