Abstract
La poética del chileno Pablo de Rokha tiene como vértice el canto. La exploración poética que de esta idea hace el autor de Los gemidos inicia en Versos de infancia (1916) y a traviesa toda su obra hasta Los borrachos dionisiacos (1966). El artículo intenta mostrar de qué manera, para el poeta chileno, el canto es sinónimo de vida y de poesía. El canto, pese a las apreciaciones de la crítica en torno a la obra de Pablo de Rokha, es transparencia de la vida y confirmación de la misma. Este rasgo de la poética derrokhiana, devuelve a la poesía a una de sus funciones antiquísimas y primordiales: cantar. Así, el canto es para este poeta su dios profundo, a quien dirige sus plegarias y lamentaciones, pero también a quien maldice y culpa de su trágica existencia.