Abstract
En este trabajo estudio la noción de compromiso con la escritura de los autores de la Generación del 40, con la finalidad de argumentar que en la dimensión de construcción textual, los enunciadores de este grupo tenían una clara conciencia del oficio literario y que su compromiso no solamente estaba en la pragmática de la vehiculización de una referencialidad dirigida, sino en la constitución formal también. Ejemplifico los argumentos con el análisis de los siguientes textos "Barreteros" (1941) de Carlos Luis Fallas, Murámonos Federico (1973) de Joaquín Gutiérrez, "Apología del limón dulce y el paisaje" de Yolanda Oreamuno y "El Maijú" (1955) de Fabián Dobles.Comments
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