Resumen
En Latinoamérica, la proporción de personas de mediana y avanzada edad que viven en uniones consensuales es más alta que en países industrializados. Algunos académicos consideran a la cohabitación o unión consensual como una institución incompleta, en las que parejas están peor en cuanto a bienestar económico y social, comparados con parejas en matrimonios formales. El objetivo del artículo es analizar si las uniones consensuales se enfrentan a una situación económica diferente a la de parejas casadas, y si esta diferencia se debe al hecho de que los "cohabitantes" pueden ser un grupo selecto de la población general. El análisis se centra en parejas mexicanas en las que al menos uno de los miembros es mayor a 49 años, usando la primera onda de la ENASEM (MHAS) de 2001 y parte de la segunda onda de 2003. Después de controlar por variables de composición (relacionadas con la selección de las uniones consensuales), el artículo encuentra que no hay diferencias significativas entre matrimonios y uniones libres en el monto de activos, en el cambio de este monto desde 2001 a 2003, y en la situación financiera autopercibida, aunque sí en la probabilidad de tener una casa.Comentarios
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