Abstract
Al comienzo del siglo XX, el espacio de la memoria y el tiempo del recuerdo requirieron de medios que trascendieran los alcances de la estética y de las teorías de la subjetividad contemporáneas. Dar cuenta en el relato del valor del recuerdo de una vida y posicionarse ante ella produjo la coincidencia histórica de dos hechos inéditos que, en “síntesis inconstruible”, rebasaron su época y dieron actualidad a la nuestra. Ahondando en esta coincidencia, en su trabajo sobre Marcel Proust, Walter Benjamin muestra como entre memoria e inconsciente se abren resquicios de entrecruzamientos inevitables. El objetivo de este trabajo es interrogarse acerca de cuál es el sentido del autor y la temporalidad que entra en juego
en una escritura, la cual no excluye a la vida ni a la subjetividad desde la cual esta escritura se sostiene. Si Proust le dio memoria al siglo XIX y Freud inconsciente al XX, es posible que el psicoanálisis y la filosofía de la historia encuentren una posibilidad de diálogo sobre su actualidad.