Abstract
El artículo analiza el vínculo entre la escritora Carmen Lyra y el biopoder. En la primera mitad del siglo XX, las campañas gubernamentales por la higiene, el saneamiento de la capital y la reducción de la mortalidad infantil conllevaron una intervención minuciosa de los cuerpos, especialmente de mujeres y niños. Se muestra el papel de la literatura al interior del biopoder, se distingue la escritura de Lyra respecto a la mirada jerárquica de médicos y literatos sobre los cuerpos, pero la presenta también como parte del biopoder al construir sus cultos heroicos. Para ello se contrasta la obra de Lyra y sus entrevistas en el periódico comunista Trabajo, con la narrativa médica y literaria. El artículo otorga a la literatura un estatuto de saber, por lo cual aparece no como referente ilustrativo del pasado, sino como un discurso biopolítico que provee de metáforas al biopoder.