Resumo
El artículo analiza las experiencias y memorias de emigrantes judíos que tuvieron que huir de Alemania durante su infancia en los años 1930. Después del pogrom del 9 de noviembre de 1938 varios países europeos abrieron solamente sus fronteras para niños y jóvenes, a lo que e le denominó “Kindertransporte”, es decir transportes de niños. Alrededor de 10.000 jóvenes y niños, quienes representan la mayoría, emigraron hacia Inglaterra, mientras que sus padres, en muchos casos, no lo lograron por las restricciones migratorias establecidas en casi todo el mundo. Después de la Segunda Guerra Mundial, entre los emigrantes empezaron las discusiones respecto a si un regreso a su país de origen sería posible, y solamente una minoría tomó la decisión de volver. A través de entrevistas con participantes de los “Kindertransporte”, se analizan sus reflexiones en torno al regreso y las experiencias de quienes volvieron.