Resumen
La crisis nicaragüense demanda una interrogación del autoritarismo en su larga duración. Al respecto, en este artículo reflexionamos en torno a dos problemáticas: la primera es que las genealogías de autoridad conducen reiteradamente al fracaso de la política y, consecuentemente, al recurso de la violencia; la segunda es la significativa contribución de las élites a la persistencia del autoritarismo, ya sea cooptando el funcionamiento democrático de las instituciones o bien reforzando una cultura de pactos evidente en contextos de crisis y transición política. Un futuro políticamente sostenible pasa por cuestionar la esencia de la política, tal y como la hemos elaborado social y culturalmente.