Resumen
La lluvia en caída constante hacía estragos en Santiago de Almolonga, fundada el 22 de noviembre de 1527. Los vecinos metidos en sus viviendas estaban temerosos por lo que pudiera ocurrir. Fueron tres días de llover con una fuerza extraordinaria, como nunca habían visto en sus tierras de origen allende el oceáno, allá en la España galana. Fue la noche del sábado 11 de septiembre de 1541 cuando bajó por las laderas del Hunahpu la tragedia envuelta en lodos y cieno. La gran tormenta de agua, lodo, piedras enormes y árboles enteros arrancados de raíz, cayeron sobre la silente ciudad, la traspasaron y la corriente continuó hacia el río Guacalate. La locuacidad del documento original lo dice todo, al comentar que la ciudad quedó cubierta hasta una lanza de alto.