Resumen
El modernismo –en tanto categoría historiográfica aplicada en diferentes grados de precisión a una serie de corrientes literarias, plásticas, filosóficas y teológicas– caracteriza también a un contexto histórico que es fundamental para la comprensión del fenómeno de los santos apócrifos salvadoreños conocidos como Hermanos Espirituales. Esta es una forma de religiosidad vernácula que en la actualidad pasa unas veces por católica, otras por esotérica e incluso como un trasunto de la religiosidad prehispánica. Sin embargo, el archivo evidencia una estrecha relación entre el espiritismo positivista de principios del siglo XX y el fenómeno de los Hermanos Espirituales. Dicho vínculo permite entrever complejas estrategias de simulación y falsa adscripción como uno de los rasgos dominantes de esta forma de devoción popular. De aquí se deducen dos importantes características: por una parte, la capacidad de la religiosidad vernácula salvadoreña de alimentarse de fuerzas antagónicas y, por otra, la también paradójica contribución de los procesos secularizadores de finales del siglo XIX y principios del XX a la renovación del capital simbólico y al aumento de creatividad espiritual.