Abstract
Este artículo analiza cómo las personas dislocales (locales tradicionales e inmigrantes como nuevos locales que dislocan esas identidades tradicionales) viven y resisten la inserción del hotel transnacional RIU en Playa Matapalo, en la comunidad de Sardinal, Costa Rica. Durante su construcción en 2008, la comunidad vivió serios problemas sociales, ambientales, y de racismo laboral que persisten hasta la actualidad. Esta situación ha provocado diversas formas de resistencia y protesta. En estas últimas manifestaciones existen diferencias entre la protección laboral y la protección de los bienes comunes (agua y playa públicas), situación en la que un factor crucial que influye son las diferencias nacionalistas. Esto conlleva a analizar este caso en relación con las discusiones recientes sobre los movimientos sociales.