Abstract
A partir de una investigación etnográfica en una clínica pública de prevención del VIH/SIDA, este artículo analiza la cambiante relación entre las trabajadoras del sexo y el Estado costarricense y destaca que el Estado se define por un movimiento significativo desde la represión colectiva hacia el individualismo neoliberal. A cambio de las redadas sanitarias indiscriminadas y el encarcelamiento masivo del pasado, el acto de esperar a los servicios de salud ahora juega un papel central en las interacciones entre las trabajadoras sexuales y el Estado neoliberal. Significativamente, la nueva representación de las trabajadoras sexuales como sujetos responsables por su propia salud incluye a las migrantes indocumentadas. Sin embargo, el efecto de la individualización como parte clave de las formaciones estatales neoliberales ha ocurrido de manera notoria en el sector de la salud pública, ya que el Estado sí hace una distinción importante entre las trabajadoras sexuales cuando hacen redadas de migración en el más notorio negocio del turismo sexual de San José. Las racionalidades neoliberales de gobernanza sexual separan y diferencian, y este artículo demuestra la forma en que el poder del Estado neoliberal opera tanto a través de la espera habitual en la clínica de prevención del VIH/ SIDA y como por el espectáculo de las redadas de migración. Este artículo finaliza interrogándose cómo el Estado costarricense ha abordado el control del trabajo sexual demuestra las incongruencias y contradicciones tanto de la formación como de la gobernanza neoliberal.