Abstract
El centro geográfico de la vigorosa cultura náhuatl fue, como lo dice la palabra, el Anáhuac, es decir el Valle de México, y a su esplendor contribuyeron, sucesiva y no exclusivamente, teotihuacanos, toltecas y aztecas. Otras naciones, como la tlaxcalteca y la tezcocana, también enriquecieron aquella cultura, además de lejanas influencias de orígenes diversos. Por ejemplo, la olmeca. A su vez, dicha cultura irradio en un ámbito amplísimo, que comprendió toda la costa sudoccidental del Istmo de Centro América, a través de la costa del Pacifico, por lo menos hasta el noroeste de Panamá y penetro, por otra parte, en Yucatán y Guatemala, hace unos mil años, para influir profundamente en la otra gran cultura mesoamericana: la maya. Precisamente, al ámbito cultural bajo la influencia de ambas culturas, la náhuatl y la maya, es a lo que los etnólogos y arqueólogos llaman Mesoamérica. El "imperio cultural" de Quetzalcóatl, en expresión de Laurette Sejourne.