Abstract
El Anuario ha experimentado un proceso de renovación que ha implicado poner a disposición todos sus números en soporte digital, su puesta al día, el aumento del número de artículos y reseñas incluidos en cada número, el incremento de artículos panorámicos o comparados, la diversificación de la procedencia de los autores y autoras, así como el balance entre hombres y mujeres que contribuyen en cada número. Ello nos permite consolidar una de las pocas publicaciones académicas con perspectiva regional que se publican desde América Central. Tenemos pendiente una mayor presencia de autores y autoras residentes en el istmo, de allí que el proyecto del Anuario no solo implique difusión, sino también construcción de agendas y vínculos. Sin estos dos últimos aspectos la difusión, por ella misma, no llega muy lejos. Este es uno de los principales retos para el Anuario en sus segundos 40 años.