Abstract
Durante las últimas tres décadas se ha afirmado que la población indígena de Costa Rica al momento del contacto con los europeos en el siglo XVI ascendía a unos 400 000 habitantes. Un siglo atrás el obispo-investigador Bernardo Augusto Thiel había propuesto la cifra de 27 000 habitantes en los territorios correspondientes a la República de Costa Rica, cifra que se consideró errónea. En este trabajo se plantea que los cálculos de Thiel son más concordantes con el análisis de la información etnohistórica, con las investigaciones arqueológicas recientes, así como con las investigaciones antropológicas relativas a los cacicazgos.